domingo, 3 de enero de 2016

Ángel Sanz Briz "El ángel de Budapest"





ANGEL SANZ BRIZ: “el Ángel de Budapest”




Ana María Zaragoza / 2º Bachillerato / Colegio CEU Jesús María (Alicante)








Resulta difícil poder imaginarse que un español salvara a miles de judíos en mitad de la barbarie nazi y que dicha hazaña no trascendiera hasta demasiados años después.

Si este suceso hubiera sucedido en otros países, como, por ej., EEUU, su gesta se hubiera dado a conocer en todo el mundo en cualquier forma de difusión general: libros, películas,…..Sin embargo, en España no hemos sido capaces de reconocer el valor de determinadas personas célebres a lo largo de la historia. Esto se demuestra en el caso de Ángel Sanz Briz, que puso en peligro su vida por salvar a miles de judíos que injustamente iban a ser masacrados por el régimen nazi.

Ángel Sanz Briz, fue destinado como diplomático a la embajada de Budapest en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Hungría, a pesar de ser aliada de Alemania fue ocupada por los nazis en marzo de 1944, por lo que España llamó al embajador para que abandonara la sede. Sanz Briz, que era encargado de negocios, quedó al mando de la embajada. En poco tiempo, se encontró con la crueldad de las deportaciones masivas de los judíos hacia los campos de concentración y exterminio. Comunicó la situación al gobierno español que se mantuvo indiferente. Al no recibir ninguna orden, y no poder soportar las atrocidades que se cometían decidió por su cuenta y riesgo comenzar su labor humanitaria.

Ángel, comenzó primero a emitir pasaportes y cartas de protección respaldándose en una Ley promulgada durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera que otorgaba la nacionalidad española a los descendientes de los sefardíes expulsados de España en 1492, pero que ya no tenía ninguna vigencia, datos que desconocían las SS y la policía húngara.

El siguiente paso fue alquilar una decena de casas que identificó como sede de la embajada española. Como solo le permitieron expedir 200 pasaportes se las ingenió para trucar la numeración hasta conseguir salvar a más de 5.000 judíos.

Desgraciadamente, esta hazaña nunca ha sido reconocida por los distintos gobiernos españoles, han tenido que ser los gobiernos de Israel y Hungría los que homenajearon sus acciones realizadas durante su estancia en Budapest.

Hoy en día vamos conociendo poco a poco lo que hizo, pero todavía le debemos mucho. Es un ejemplo de verdadera humanidad porque arriesgó su vida por los demás sin obtener nada a cambio, ni siquiera un reconocimiento por su labor, que no tuvo hasta después de su muerte.




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